Hay objetos que transforman un ambiente con solo estar.
Este jarrón de vidrio transparente, con su forma amorfa y presencia imponente, es uno de ellos.
Tiene una altura de 45 cm y un diseño que mezcla lo simple con lo escultórico.
La textura irregular de su superficie lo hace único: refleja la luz, genera movimiento visual y aporta carácter sin recargar.
Gran tamaño: ideal para ambientes amplios o para destacar un rincón neutro.
Funciona como pieza decorativa sola o con ramas, flores secas o de tela.
El vidrio transparente se adapta a cualquier paleta de colores y estilo de decoración.
Su forma orgánica aporta liviandad visual, incluso siendo una pieza de gran impronta.
Perfecto para entradas, livings, mesas grandes o sobre el piso junto a un sillón.
Un objeto que no necesita mucho para decirlo todo.